Los migrantes haitianos que llegaron a la Ciudad de México para solicitar refugio al gobierno federal tienen dos opciones: renunciar a su sueño de cruzar a Estados Unidos y quedarse en México para iniciar una nueva vida, o bien, empeñarse en avanzar a la frontera norte, con el riesgo de que las autoridades estadounidenses al final los deporten a su país, del que salieron hace meses o incluso años.
A lo largo de esta semana, las esperanzas de obtener del Ejecutivo mexicano un documento que les permita caminar o viajar en libertad por territorio nacional han sido puestas por centenares de ciudadanos haitianos en un formato impreso emitido por la Secretaría de Gobernación (Segob), mismo que han entregado en las propias oficinas centrales de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), en la colonia Juárez de la capital.